Apuntes Biográficos

Nací en el Cerro: un barrio popular de La Habana. Mi abuelo por vía paterna era un anarquista. El padre de mi abuelo llegó a Cuba desde Napoles, a principio del siglo XX. Mi abuela, por su parte, era una comunista cubana devota de la Virgen de las Mercedes: Cosas de Cuba. Quizás, de ahí, por esos enigmas que hay en la sangre, me vino mi irreverencia. Lo cierto es que en nuestro arbol genealógico hay tres Yndamiro. El primero fue mi abuelo Yndamiro, el anarquista, que asaltaba los carros de leche en una loma de La Habana y le repartía su botín lacteo a los niños empobrecidos. Por supuesto, las cosas después evolucionaron. Finalmente, mi abuelo, refinó su método de hacer justicia y se consiguió una chiva, la cual ordeñaba y repartía entonces, la leche fresca entre los infantes. De cualquier manera, la policía secreta de la dictadura de Machado le capturó, le encerraron en la cárcel de Isla de Pinos y allí enterrado hasta el cuello en un pantano, permaneció casi una semana. Ya, al borde de morir, corría la década del treinta, lo desenterraron, pero estaba tuberculoso. No había remedio, le indultaron y ya en casa, expiró en brazos de mi abuela. Por supuesto, su ultimo deseo, fue que le trajeran a la chiva. Y así lo hizo mi abuela. La despedida fue alucinante. Mi abuelo y su compañera de lucha se miraron intensamente. Ambos estaban fuera del tiempo. Parecía que acordaban un encuentro en el más allá. De cualquier manera, cuentan que después de este trance, los ojos del animal estaban húmedos y que a mi abuelo, por primera vez, se le helaron los huesos.

El Segundo Yndamiro, de la saga, fue mi padre. Mi progenitor era comunista. Cuando la guerrila cubana contra el dictador Batista llegó al centro de la isla, mi padre se fue para las montañas de esa región. Desde niño, mi abuela, lo hizo pionero. Sin embargo, antes de morir, después de una larga trayectoria de lucha por el comunismo y de un ateísmo militante, se convirtió al cristianismo en una iglesia del Vedado. Todo el mundo estaba muy extrañado por la conversión del Segundo Yndamiro. Pero él, Yndamiro, el comunista, le dijo a los curiosos: “El estalinismo arruinó mi vida y no quiero que arruine mi muerte.

El tercer Yndamiro: Soy yo. Me he propuesto llegar a ser polvo de amor, en lugar de convertirme en polvo de miedo. Toda las olas del mar embravecido son creadas por el miedo mutuo. Hay que ir a las profundidades y cargarse de energía buena. Allí nos esperan los peces visionarios,que vuelven poesía los naufragios. Sólo quien se gobierna a sí mismo puede contribuir a la creación del Reino de la Libertad. Llevo en mi alma el espíritu anarquista de mi abuelo. Me enfrenté al comunismo autoritario y carismático de Fidel. Por mis actividades libertarias cumplí varios años de prisión. Vivo, actualmente, en Miami, también enfrentado a los intolerantes, que dominan esta ciudad. Después de todo: sigo creyendo en un mundo mejor, donde la competencia sea sustituida por el erotismo existencial.

Yndamiro Restano

Miami, 14 de mayo, 2010